Helou viajeros!
Comienza un nuevo día en esta aventura en plena ruta 66, y este día tenía toda la pinta de ser épico desde el principio.
Subidón del bueno porque íbamos a conocer una de las finalistas para formar parte de las 7 maravillas naturales del mundo!!
Porque sí amigos, el Gran Cañón del Colorado se quedó a las puertas de ser maravilla del mundo. La verdad es que algunas de las ganadoras, al menos en foto, no me parecen tan impresionantes como el amigo cañón.
Pero bueno, empezando por el inicio del día, amanecía un despejado domingo de diciembre en Williams. En este pueblo presumen de ser el último pueblo que resistió al paso de la autovía que desbancó a la Ruta 66.
Es un pueblo de lo más americano, con la carretera que lo cruza por medio, las casas con comercios en su planta baja, un gran árbol de Navidad en el centro y comisarías e institutos rodeándolo.
Aunque antes de hacer algo de turismo, fuimos a cargar las pilas con un buen desayuno! Gracias a Sonia y John del blog El mundo es mejor contigo, fuimos a Jessica’s Family Restaurant, porque leímos que sus tortitas les gustaron un montón.
Al entrar, vimos que es un típico restaurante de carretera aunque con un montón de fotos de Italia decorando sus paredes. Pudimos imaginar el origen de la familia de Jessica jaja.
Eramos los únicos clientes así que nos atendieron muy rápido. Como siempre, café gratis y rellenable las veces que quisieras. En este caso, sobre la mesa, habían pequeñas cápsulas de leche también gratis para los que quisieran tomar café con leche.
Después de echarle un vistazo a la carta, como no podía ser de otra manera, nos decidimos por unas tortitas, con huevos y bacon, a lo grande!!
Una de las cosas curiosas que recuerdo de este viaje, es que siempre que pedías algo que llevara huevos, te preguntaban cómo los querías, fritos, revueltos, tortilla… Y siempre nos quedábamos mirando entre nosotros para acabar diciéndole al camarer@: no sé, como quieras. Así que la mayoría, venían revueltos jaja
Mientras estábamos desayunando, apareció el cocinero para preguntarnos qué tal estaba la comida, y ya se quedó a charlar con nosotros un rato. Estas conversaciones solían empezar preguntándonos de donde veníamos. Este en concreto, al decirle que vivíamos en España, nos pregunto qué tal estaba la economía y qué tal se vivía con mucho interés, ahí conseguimos un futuro viajero! jajaj
Las tortitas estaban de vicio, pero porque también lo valía. Creo que ha sido el desayuno más caro de mi vida. Nos costó 32,67$. Al menos estaba todo muy rico y eso es lo que cuenta.
Al salir del restaurante, paseamos un poco por Williams. Vimos su mural sobre la Ruta 66 donde aparece la fecha en la que fue desbancada por la autopista 140.
Ahora que es una ruta histórica, se enfoca el comercio del pueblo al turismo. Casi todas las tiendas que vimos tenían productos y souvenirs de la Ruta 66.
Justo enfrente de este mural había una tienda que nos llamó la atención por las luces que tenía y el escaparate. Habían souvenirs de navidad! Perfecto para seguir la colección de los adornos de nuestro árbol viajero.
Entramos y compramos un adorno de navidad y un imán. He de decir que es la bola de navidad más cara de todas las que tenemos, nada más y nada menos que 14$ y sin tasas! Pero como era temprano y no habían muchas más tiendas abiertas, pagamos unos 25$ y salimos de la tienda rápido rápido para no coger nada más jaja
En esta calle principal, las farolas estaban adornadas con guirnaldas navideñas y tenían la señal de la Ruta 66. Por supuesto, teníamos que hacernos una foto! jaja
Siguiendo por esta calle, encontramos el árbol de navidad que vimos la noche anterior. Es un árbol súper grande que corta una calle, demostrándonos ya desde el inicio de nuestro viaje que la navidad se vive intensamente en Estados Unidos.
Una vez vista esa parte de Williams cogimos el coche para poner rumbo a nuestro próximo destino. Pero antes nos paramos en la puerta que indica la entrada al pueblo.
Como podéis ver, en ella se indica que el pueblo fue fundado en 188. Y además es… la puerta al Gran Cañón! Yujuuu estábamos tan cerca que yo ya estaba de lo más emocionada.
Tanto, que quería una foto con ese arco, pero no me conformaba con que saliera de un lateral. Así que cada vez que no pasaban coches cruzábamos rápido rápido para hacer una foto. Estamos hechos unos temerarios.
Nos separaban 59 millas del Gran Cañón, unos 95 kilómetros. Estuvimos una horita de camino pasando por verdes bosques y viendo algún ciervo en el lateral de la carretera. Una preciosidad de paisaje.
Antes de entrar al parque, están las taquillas para comprar las entradas.
Si tenéis pensado visitar más de un parque natural en USA, probablemente os salga a cuenta comprar el Annual Pass. Este pase para determinados parques cuesta 80$. Permite la entrada a un montón de parques de un coche con máximo 4 ocupantes. El Annual Pass se puede comprar online o en uno de los parques.
Los parques incluidos son por ejemplo, Gran Cañón, Yellowstone, Yosemite, Bryce Canyon, y algunos más. Solo con estos cuatro mencionados el gasto en entradas sería de unos 100$. Sale a cuenta si visitáis más de 3.
No obstante, de los que se incluyen, nosotros solo íbamos a visitar Grand Canyon. Así que compramos la entrada allí mismo, pagamos 30$ y se puede usar durante 7 días.
Una vez pagado, además del mapa con las rutas que existen, te pegan un ticket en la luna del coche para acreditar que has pagado la entrada.
Fuimos hacia el hotel, el Yavapai Lodge (aquí tenéis el post con nuestros hoteles, opiniones y precios) pero como aún era temprano no tenían lista la habitación, así que nos fuimos directos a conocer, por fin, el famoso Grand Canyon.
Al lado del hotel había una parada de autobús. Esta parada es la de Market Plaza, donde se encuentra la recepción del hotel Yavapai y un supermercado que es de lo más completo. Además de un restaurante y cafetería dentro del edificio principal del hotel.
Como no sabíamos por donde empezar, nos fuimos a la parada, esperamos unos minutos y nos subimos al primero que pasó, sin importar donde nos llevara jaja
Este bus, que era de la línea azul o la Village Route, nos llevo hasta Visitor Center. En esta plaza hay varias paradas donde pasan autobuses de rutas diferentes.
Antes de ir, me pareció muy complicado saber cómo moverse por el Gran Cañón, ya que no me aclaraba con qué ruta iba estaba cerrada, qué bus pasaba y si podíamos ir en coche, así que intento dejaros un pequeño resumen.
Tal y como me pareció entender, existen 3 rutas diferentes dentro del Gran Cañón:
- Village Route, que es de color azul.
- Hermist Rest Route, que es de color rojo
- Kaibab/ Rim Route, que es de color naranja
- También existe otro bus, llamado Tusayan Route, que es de color morado, pero este no hace recorrido por el parque, sino que une el exterior del parque con el Visitor’s Center, es una buena opción si os alojáis fuera del complejo.
OJO! La línea roja, Hermist Rest Route, NO funciona desde diciembre hasta marzo, así que como no hay bus gratuito que cubra esta zona, permiten ir con tu coche hasta los miradores. Cuando sí que hay servicio de bus, la circulación con coche privado en esta ruta está prohibida.
Resultó muchisísímo más sencillo de lo que parece y el bus cubre muy bien todos los puntos.
Una vez llegamos a Visitor Center, como no teníamos preferencia sobre por donde empezar, nos subimos al bus que cubría la línea naranja, la Kaibab/Rim Route.
Desde Visitor Center fuimos hasta Yaki Point.
Nos bajamos del bus y al andar unos 100 metros, ahí estaba, el imponente Grand Canyon!!
Lo había visto en fotos tantas veces, que estar allí fue increíble! Aunque ninguna foto o vídeo que podamos enseñar le hará justicia, imposible captar tal paisaje.
No podría decir cuánto tiempo pasamos aquí en Yaki Point, pero seguro que muchísimo. Al ser nuestro primer mirador nos hinchamos a hacer fotos, sin saber que las mejores vistas aún estaban por llegar.
Tuvimos mucha suerte, porque nos hizo un día precioso. Aunque el frío apretaba un poquito, ya que durante el día rondábamos los 10 grados.
Al cansarnos de fotos, volvimos a la parada para coger el bus, y paramos en Piper Creek Vista, que también ofrece unas vistas brutales.
Pasamos gran parte de la mañana en los miradores de esta ruta amarilla. Fuimos a Mather Point y a Yavapai. El mirador de Mather Point fue el que más me gusto de todos. No podía parar de mirar el paisaje e intentar asimilar cada color y sensación.
Todo lo que alcanzaba a ver era un paisaje creado solo por la naturaleza. Creo que hasta el momento, ha sido de los más increíbles que han podido ver mis ojos.
Casi casi nos olvidamos de comer. A eso de las 2-3 del mediodía decidimos ir a buscar algo al supermercado del parque, que es de lo más completo.
Para no complicarnos la vida, pedimos algo en el bar que había dentro del supermercado para ir rápido y seguir explorando jaja
Un par de bocadillos con bebida nos costaron 18$. Para estar donde estábamos lo vi aceptable.
Después de comer, fuimos a buscar la llave de la habitación para dejar las maletas y volver a salir. Esta vez cogimos el coche y seguimos con la ruta.
En época de verano, funciona la línea roja de bus, la Hermist Rest Route. Como fuimos en diciembre, tuvimos que recorrer esa parte del parque con nuestro coche.
Como podéis ver, son un montón de miradores. Aunque pueda parecer repetitivo, cada uno de ellos ofrece unas vistas y una perspectiva diferente del cañón. Aunque unos nos gustaron más que otros, lo pasamos estupendamente yendo de mirador en mirador para deleitarnos con esta maravilla!!!
He de decir, que me quedé impresionada con la de gente temeraria que hay en el mundo! Algunos locos accedían a sitios imposibles y de dudosa seguridad para hacer fotos. Yo he de admitir que en algún punto moría de miedo por la altura que había y me quedaba alucinada con esta gente. O yo soy muy miedica, o la gente esta mu’ loca!!
Hacia las 4 de la tarde se iba poniendo el sol poco a poco, dándole una luz preciosa al paisaje!!
Por el camino de la Hermist Rest Route, nos encontramos con algún ciervo campando por allí!
Antes de las 6 de la tarde ya era de noche y aprovechamos para entrar en calor en el hall del hotel tomando un chocolate calentito. La temperatura rondaba los 3- 4 grados!!!
Nos dio mucha pereza salir del parque, porque había un poquito más de media hora hasta el pueblo más cercano. Además hacia mucho,mucho, mucho frío. Así que en el restaurante del hotel pedimos una pizza para llevar, por 15$, compramos unas patatas en el super y unas galletas para el día siguiente, y nos lo llevamos a la habitación.
Sin wifi, sin tele en español, en medio del bosque. La mejor forma de desconectar!!! Aunque con el cansancio que arrastrábamos, caímos muertos al poco rato, así recuperábamos horas de sueño!!
Este tercer día de aventura no pudo ser mejor! Aunque sin duda, esto no había hecho más que comenzar.
Y el siguiente día, fue sin duda de los más divertidos. Aquí podéis leer cómo fue nuestro cuarto día de ruta. Visitamos el escenario del lejano oeste, Monument Valley.