Helou viajeros, nuevo y primer día en nuestra aventura americana, ahora sí que sí empezábamos el viaje!
A pesar de haber llegado al hotel a las 4 de la madrugada, decidimos despertarnos temprano para no desaprovechar ni un minuto del viaje, así que a las 8 de la mañana estaba soñando el despertador, sí, por fin empezaba nuestra aventura en tierras americanas!
Recogimos lo poco que habíamos utilizado y fuimos a hacer el checkout, y allí mismo servían el desayuno. Hambre teníamos, porque apenas habíamos cenado la noche anterior, pero en nuestra ruta teníamos una parada especial para desayunar, así que nos tomamos un par de cafés (cada uno jajaj) y cogimos unos mini muffins que estaban de muerte.
Aquí encontrarás:
Barstow
Con la cafeína haciendo efecto, antes de ponernos en ruta, paramos por Barstow para hacernos una foto con la señal de la Ruta 66.
Vimos más de una, pero está concretamente, está al lado de McDonald’s , que también tiene una señal de la Ruta jajaja.
Con la fotito hecha, pusimos rumbo a nuestra primera parada, el restaurante Peggy Sue’s.
Peggy Sue's
Aquí es cuando el concepto “restaurante de carretera” cobra sentido. No hay nada alrededor! A un lado de la carretera está Pegy Sue’s y al otro como una base del ejército donde habían un montón de tanques y camiones militares.
Este restaurante abierto en 1954, tiene el espíritu fifties, con las camareras sirviendo café con la jarrita y la gramola con vinilos de Elvis.
Pedimos un sándwich para compartir y un mega batido de chocolate (para cada uno jojo). La verdad es que no es el mejor sándwich del mundo pero no está nada mal. Así podemos decir que hemos probado el Peggy Sue’s original!
Tienen un millón de detalles decorando el restaurante, para quedarse embobado con todo! Además, en las mesas había un juego que no acabamos de entender, y que también lo tenían a la venta. Ahora que lo recuerdo, quiero saber cómo se juega!
Detrás del restaurante, encontramos el Dinersaur Park, una especie de parque con alguna mesa de madera donde poder comer, todo ello adornado con estatuas de diferentes dinosaurios. No acabo de entender que relación tiene un dinner de los 50 con los dinosaurios, pero ahí lo tienen jjajaja
Después de desayunar, pusimos rumbo al pueblo fantasma de Calico, que se encuentra sólo a 10 minutos en coche.
Calico
La entrada a Calico cuesta 8$ por persona, que incluye »parking» y un pequeño mapa del pueblo.
Calico es uno de los muchos pueblos fantasmas que hay en Estados Unidos. Éste en concreto, alcanzó el máximo de habitantes gracias a las minas de plata que tenían.
Al promulgarse una ley que devaluó el valor de la plata y el oro, la gente del pueblo empezó a huir por falta de trabajo y a día de hoy está conservado tal y como estaba. A mí me pareció un escenario de película, tanto que incluso vimos un pequeño show que hacían en medio de la calle sobre unos vaqueros.
Es curioso poder ver como eran los pueblos allá por 1880, aunque está bastante enfocado al turismo, ya que la gente que trabaja en los »comercios» de allí está incluso disfrazada con los trajes de la época. Además, han creado un recorrido en tren que da la vuelta al pueblo, que obviamente, se paga a parte.
Nuestro error fue quedarnos embobados con cada pequeña cosa que tenía el pueblo, así que perdimos mucho tiempo que tuvimos que restar a lo largo del día. Aún así, nos lo pasamos súper bien haciendo el indio por allí, y nunca mejor dicho jajaj
Si tenéis tiempo, también existe una ruta por las antiguas minas de Calico, y parecían tener buena pinta, aunque por falta de tiempo no lo hicimos y me quedé con las ganas!
Cuando ya nos cansamos de hacernos mil fotos, pusimos rumbo a nuestro siguiente destino, Oatman.
En este tramo de camino nos encontramos con la primera señal de la Ruta 66 en el suelo! Vaya subidón. Frenamos y nos bajamos corriendo para hacernos fotos.
Además, dio la casualidad de que al lado de este tramo había una vía de tren, y justo estaba pasando uno de los trenes infinitos americanos, tan largo que sale en todas nuestras fotos jaja
Oatman
Con la emoción en el cuerpo, retomamos el camino hacia Oatman. La distancia entre estos dos pueblos es de 163 millas – 262 kilómetros, por lo que tardamos un poco más de dos horas y media en llegar.
OJO! Que Calico está en el estado de California, y Oatman está en el estado de Arizona por tanto… CAMBIAMOS DE HORA! Aunque está vez no nos favoreció, ya que adelantábamos el reloj una hora, por lo que de las 14:00 pasamos a las 15:00 de repente!!
Oatman, que también es un pueblo fantasma, igual Calico, era conocido por sus minas, pero esta vez de oro. Aunque tuvieron la misma suerte y sus habitantes abandonaron el pueblo, convirtiéndose en un »pueblo fantasma». Aunque por aquí nos pareció ver más vida que en Calico.
Oatman si cabe es todavía más auténtico, ya que tienen unos habitantes estrella, los burritos!
Paseando libremente por sus calles hay un montón de burritos, que quedan estupendamente con el panorama que hay alrededor, rodeado de montañas con los edificios del lejano oeste, una pasada!!
Además, habían burritos pequeñitos que tenían pegado en la frente un STOP, par que no les dieran de comer. Eran de lo más simpáticos y muchos se acercaban a curiosear.
Empezaba a irse el sol, así que recorrimos la calle principal y volvimos a ponernos en ruta.
Y he de decir, que vaya ruta más bonita. Los paisajes nos estaban dejando flipados!
Kingman
Nuestra siguiente parada era Hackberry General Store, pero decidimos eliminarla de la ruta por falta de tiempo. Así que pusimos rumbo a Kingman y como ya eran las 16:00 nuestra tripa empezaba a rugir. Perfecto! Llevaba recomendaciones de Mr Dz, un restaurante también tipo fifties donde comimos/cenamos la mar de bien.
De Oatman a Kingman hay unos 46 kilómetros, y tardamos poco más de media hora.
Mr Dz es muy típico americano y puedes sentirte un personaje de Grease saliendo del instituto y yendo a cenar algo jaja.
Cenamos una hamburguesa cada uno y unos aritos de cebolla que estaban de muerte. Lo mejor de los restaurantes en USA es que te sirven agua gratis, y nosotros que estábamos sedientos lo agradecimos. Todo nos costó 30$, unos 24€
Cuando salimos del restaurante ya era de noche… pero seguimos con lo planeado!
Antes de irnos de Kingman, teníamos que ver la locomotora Santa Fe, una pedazo de locomotora que nos hizo sentir como Hobbits a su lado jajaj
Esta locomotora de principios del siglo XX cruzaba gran parte del territorio americano, casi 1600 millas, es decir unos 2574 kilómetros, distancia que significa cruzar España de punta a punta unas dos veces, ahí es ná.
Seligman
Como ya no quedaba mucho por ver en Kingman, pasamos a nuestra próxima parada el pueblo de Seligman.
En este pueblo, teníamos una cita con Historic Seligman Sundries, una tienda de lo más peculiar. Aunque era de noche y estaba cerrada… así que nos quedamos con las ganas de entrar. Pero no nos íbamos a quedar con las ganas de hacer el tonto por los alrededores de la tienda.
No pasaba ni un alma por la calle y estaba muy oscuro, pero encontramos la solución. Sacamos el trípode y lo íbamos encuadrando según lo que queríamos. El tema de la luz lo solucionamos con los focos del coche. »Los focos hacia mi persona» cual Isabel Pantoja jajaj
Como podéis ver, los alrededores de la tienda son lo más!! A cada dos pasos sacábamos una foto, nos lo pasamos como enanos.
Williams
Al acabar de hacernos fotos en cada rincón, pusimos rumbo a nuestra última parada, el pueblo de Williams.
Aunque de camino, paramos por un supermercado para comprar »la cena». Como habíamos comido muy tarde, no teníamos hambre como para ir a cenar, así que compramos un pack de botellas de agua, unas Chips Ahoy y unos cereales.
Con todo ello, llegamos a nuestro hotel de Williams, que fue uno de los mejores del viaje. Podéis ver todas las fotos y opiniones aquí.
Después de haber dormido solo 4 horas el día anterior, caímos redondos. Cogimos fuerzas para el día siguiente, al que le tenía muchísimas ganas y que prometía ser de lo más especial.
Y todo esto vimos en solo en un día! Aquí podéis leer el diario de viaje de nuestro segundo día por la costa oeste.
Ya os lo comentamos por IG, pero también os lo digo por aquí…con este post me han dado aún más ganas de hacer la Ruta 66! Muy chulo!! Un saludo!
Como me alegro!!! Sin duda es un viajazo que nos ha dejado un gran recuerdo. Lo pasamos super bien en ese trocito que recorrimos de la ruta 66. Aunque yo no soy muy objetiva porque vivo enamorada de USA…jaja