Helou viajeros! Empezábamos nuestros tres días en Tokio.. En este post, a modo de diario de viaje, os cuento qué ver y hacer en Tokio.
Aquí encontrarás:
El día anterior, habíamos comprado algo para desayunar en el Seven Eleven que teníamos justo dentro del hotel. Mientras preparábamos las cosas para irnos, desayunamos algún producto extraño japonés.
¡Cómo no íbamos a probar los famosos Dorayakis, que tanto habíamos visto en los anime japoneses! Además de comprar los tradicionales Dorayakis, compramos Dorayakis de plátano, una especie de bizcocho de chocolate y un bollo con pepitas de chocolate por encima. Todo eso con un par de cafés y ya teníamos un pedazo de desayuno listo. O eso pensábamos jajaj
Probando los Dorayakis
El día anterior, habíamos comprado algo para desayunar en el Seven Eleven que teníamos justo dentro del hotel. Mientras preparábamos las cosas para irnos, desayunamos algún producto extraño japonés.
¡Cómo no íbamos a probar los famosos Dorayakis, que tanto habíamos visto en los anime japoneses!
Además de comprar los tradicionales Dorayakis, compramos Dorayakis de plátano, una especie de bizcocho de chocolate y un bollo con pepitas de chocolate por encima.
Todo eso con un par de cafés y ya teníamos un pedazo de desayuno listo. O eso pensábamos…
Ya habíamos leído que los Dorayakis originales estaban rellenos de una pasta de judías, pero como se los comen como un dulce más, yo creía que sería una pasta dulce y suave. Lo probé y ¡no me gustó nada! Al menos el que probamos tenía un sabor intensito a judía. Al ver mi cara de asco, Cristian ni lo quiso probar (cobarde…). Así que el Dorayaki fue un fracaso.
Resultó que el bollo con pepitas de chocolate también tenía pasta de judías o algo extraño por dentro, así que también lo dejamos.
Eso sí, bendita la hora en la que decidimos comprar los Dorayakis de plátano, a partir de ese día nos hicimos inseparables jajaj
Cómo usar el metro en Tokyo
Tras esta primera toma de contacto gastronómica con el mundo nipón, nos pusimos en ruta a nuestra primera parada. Pero antes nos debíamos enfrentar al metro de Tokyo.
Sus 13 líneas recorren 286,2 km. Es la sexta red de metro más grande del mundo, ahí es ná!
Nuestro hotel estaba muy cerca de la estación de Shinjuku, pero al ser una de las más grandes y transitadas de Tokyo, preferíamos ir a Tochomae Station que estaba también cerquita para evitar aglomeraciones.
Lo primero que hicimos fue comprar los tickets para todo el día. Y las máquinas son bastante fáciles ya que incluso algunas permiten cambiar el idioma a español.
Decidimos coger los tickets para un día entero, que permiten viajar en cualquier línea de metro (sea Toei o Metro de Tokyo) y, si la memoria no me falla, también sirve para viajar en autobús.
Este tipo de ticket ilimitado de un día cuesta 900¥ por persona. Gastamos 1800¥ al día, que equivalen más o menos a unos 14€-15€ según el momento de cambio.
Lo más curioso del metro de Tokyo son sus barreras anti suicidios y los »guardias» que hay controlando que esté todo el mundo subido en el vagón para poder poner en marcha de nuevo el metro.
Torre de Tokyo
La Torre de Tokyo, es una torre de comunicaciones que recuerda a la Torre Eiffel por la forma que tiene. Aunque esta está pintada en rojo y blanco.
Se puede acceder a ella para subir a su mirador, pero en este caso nosotros no lo hicimos, nos conformamos con verla desde fuera y ver como destacaban los colores en el cielo nublado que había ese día.Actualmente mide 315 metros, así que tendréis que probar unas cuantas posturas para poder sacarla entera en una foto jajaj
Templo Zōjō-ji
Desde aquí, fuimos andando para conocer el primer templo de nuestro viaje, el templo Zōjō-ji, que está muy cerca de la Torre de Tokyo.
Para llegar, pasamos por un pequeño parque, que según el mapa se llama Momiji-dani, lleno de vegetación con rincones preciosos como este mini templo dedicado a Nyoirin Kannon. Una forma adoptada por el bodhisattva Kannon, una forma espiritual del budismo. Vaya, o eso creo.
Tras un pequeño paseo, llegamos al templo Zōjō-ji. Data del s.XIV pero tras una destrucción se tuvo que reconstruir allá por el siglo XIX. Este templo budista pertenece a la rama Jōdo-shū,
Al acceder desde el parque, lo primero que vimos fue uno de los templos que lo rodean, y una parte reservada para las estatuas Jizo. Así que antes de entrar en el salón principal , paseamos por la zona de los Jizo y por los alrededores del templo.
Los Jizo son divinidades o dioses guardianes de los niños. Estas estatuas de piedra se colocan para que les protejan o en recuerdo de los bebés o niños fallecidos.
Para proteger esta deidad, la familia que coloca la estatua, le suele vestir con gorros e incluso trajes para su protección. Además es común verlos con juguetes e incluso con ofrendas de comida. Por esta razón a algunos también les ponen baberos. Además la mayoría de los que encontramos en este templo tenían un molinillo de viento de colores.
Es impresionante ver miles y miles de estatuas en este templo. Incluso llegamos a una zona privada, donde todo lo que alcanzábamos a ver, eran más estatuas.
Tras observar a los pequeños Jizo, entramos en el templo pequeño que se encontraba al lado de estas hileras, donde a la vez que templo, lo usaban como tienda.
Aquí podéis comprar souvenirs, como los Onamoris. En este post os cuento qué son y otros rituales en los templos budistas japoneses.
Al salir, paseamos por los alrededores del templo, siempre con la Torre de Tokyo de fondo, creando lo que más destaca del templo Zōjō-ji, la mezcla entre tradición y modernidad.
El salón principal es enorme, y su estructura es preciosa. Como todavía era pronto, tuvimos la suerte de poder disfrutarlo prácticamente a solas.
Sin duda, el templo Zōjō-ji es uno de mis favoritos. No sé si porque fue el primero que visitamos y por ello fue especial, por su interior, por su olor a incienso o por poder visitarlo casi a solas, pero sin duda, os recomiendo ir y que os sentéis un rato en su interior. A mí al menos me lleno de calma.
Al salir, lo hicimos por la puerta Sangedatsumon, y al parecer nos debimos quedar embobados porque no le hicimos ninguna foto. Entre la magnitud de la puerta y las vistas que hay desde el templo, nos olvidamos de la puerta.
Mercado de pescado Tsukiji
Al salir de Zōjō-ji, andamos un poquito hacia la parada de metro Daimon. Desde aquí cogimos la línea Oedo y bajarnos en Tsukijishijo.
Al bajarnos en esta parada, andamos unos 10 minutos para llegar al mercado de pescado de Tsukiji.
En este mercado se celebra una subasta de atún a primerísima hora de la mañana, y tampoco lo creíamos imprescindible, así que fuimos un poquito más tarde pero resultó ser demasiado tarde, ya que la mayoría de paradas estaban ya desmontadas y sin nada de pescado.
Paseamos por las calles del mercado y a mi me recordó a la entrada de los ya desaparecidos Encantes Viejos de Barcelona. Tantas tiendecitas pequeñas, llenas de artículos de lo más diferentes, cubiertos, vajillas, ollas, comida, souvenires…
Seguimos andando hasta una calle llena de restaurantes y llena de colas y colas frente a ellos para desayunar Sushi. Nosotros no lo hicimos, así que tras un breve paseo por el mercado nos fuimos.
Creo que la hora de visita no fue la indicada, pero a mi parecer no es una visita imprescindible.
Ginza
Al salir del mercado, pusimos rumbo al barrio de Ginza, a poco más de un kilómetro del mercado.
Por el camino, vimos el teatro Kabukiza, donde se representan obras Kabuki, una modalidad de teatro típica japonesa.
Al salir del mercado, pusimos rumbo al barrio de Ginza, a poco más de un kilómetro del mercado.
Por el camino, vimos el teatro Kabukiza, donde se representan obras Kabuki, una modalidad de teatro típica japonesa.
Al llegar a Ginza, las tiendas se vuelven de alto standing y puedes encontrar cualquier marca de lujo. Aunque no paramos a comprar nada, no podíamos dejar de visitar la tienda Apple.
Jardines del Palacio Imperial
Estación de Tokyo
Pusimos rumbo a la estación de Tokyo, que estaba bastante cerquita. Pero con tremendo calor, decidimos coger de nuevo el metro, desde Otemachi Station, en la línea Marunouchi hasta Tokyo Station.
Tokyo Character Street
Cuando ya se nos acabaron las tiendas a las que entrar, y ya que estábamos en la estación, cogimos el metro para ir hasta nuestra parada, Tochomae Station.
Edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio
Antes de ir al hotel, subimos a las torres del edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio. Estas torres tienen una altura de 243 metros y un mirador estupendo completamente gratis, así que no íbamos a perdernos esas vistas. Bien podría parecer una foto del skyline de Nueva York, pero es que Tokio no tiene nada que envidiar!
Al bajar, fuimos al hotel a descansar un ratito y en poco tiempo volvíamos a estar explorando Tokio.
A pocas calles de nuestro hotel, nos encontramos una zona especial para jugar a Pokemon Go. Un »reservado» con bancos y con máquinas de bebidas. Aquí la gente podía sentarse a pasar el rato jugando con su móvil. Y creedme, estaba lleno y de gente de todas las edades! jaja
Kabukicho
Fuimos caminando hacia el barrio de Kabukicho, el que dicen, es el barrio rojo de Tokio, lleno de entretenimiento para adultos. Además es conocido por ser territorio de la mafia Yakuza.
Sí que es cierto que vimos algún que otro local para adultos, pero también muchísimo ambiente con salas de juego, restaurantes y mucha gente paseando.
En este barrio paseamos por el Golden Gai, un callejón súper estrecho lleno de restaurantes, vimos el restaurante de Robots y aprendimos (y ganamos!) a jugar al Pachinko (os dejo el link aquí donde explico lo que nosotros entendimos sobre cómo se juega)
Después de tantísimas emociones, estábamos tan cansados que fuimos a lo fácil. Volvimos a cenar en Mcdonald’s, pero esta vez, un Mcdonald’s con vistas a las luces de Kabukicho.
Volvimos al hotel dando un paseo mientras nos tomábamos un frapuccino fresquito de Starbucks, dando por terminado un fantástico día.
Nuestros días en Tokio fueron así, un no parar de emociones y de descubrir cosas nuevas. Y cada día mejoraban y sobrepasaban nuestras expectativas!!
Me pongo ya de ya a escribir el siguiente día en esta increíble ciudad! Por el momento, podéis leer cuáles son las experiencias únicas que debéis vivir en Japón.